De la estación de trenes, tal como mencionamos en el post anterior, caminandito poco a poco con las primeras impresiones de un fresco atardecer por las calles de un Gijón que visitamos por primera vez y con un orgulloso abuelo de "guia", por supuesto preguntándole al tío Pedro y como era de esperarse, abuelita chachareando con la tía Sara que solo ellas saben de que hablaban, aunque era de imagenarse.
Muchas tiendas, vitrinas iluminadas, bares a montón, heladerías, sidrerías y mucha gente paseando, hasta llegar a La Xiuca y sorprendernos con tan excelente localización frente al mar.
Si no es por Naty que logró entender la sofisticada tecnología para abrir la puerta del apartamento, no sabríamos a quién llamar, porque las explicaciones estaban claras, pero....
Que bonito y lindo apartamento, tanto por dentro como por las áreas comunes del edificio que se nota recién remodelado, y full equipo, dos cuartos con camas matrimoniales y dos baños completos, y un espectacular sofá cama en la sala, exclusivo para nosotras, con televisión, conectores para los cargadores del teléfono y debajo de la ventana donde el fresco y el sonido del mar hace que la estancia sea inigualable. Demás está decir que tiene cocina completa, lencería, nevera y congelador, lavadora y secadora y todo lo necesario para una feliz estadía.
Una vez acomodados nos vamos para la calle a cenar, no sin antes pasear por el muro y bajar hasta la playa cada vez que pasábamos una escalera, inclso la "ESCALERONA", con su reloj y termómetro, punto de referencia de los bañista.
Así llegamos al Restaurante y Sidrería Los Faroles, al lado de la Plaza Mayor, sitio de encuentro tradicional de los lugareños y turistas, con la sede del ayuntamiento y un sin fin de bares, restaurantes y sidrerías, que dan prácticamente a la entrada del popular barrio de Cimavilla.
Aquí nos encontramos con Diego por primera vez, emocionante a lo máximo, también nos esperaban Diovar, el esposo de Paty, Claudio, papá de Diego, y un hermano de Diova que está de visita por Gijón. La comida muy buena para abuelito, calamares rebozados, chorizos a la sidra, tortilla, pulpo, parrochas (sardinitas fritas), croquetas y algo que le gusta mucho, la sidra asturiana...guácala para nosotras.... A los chamos nos pidieron pollo y una carne empanizada con bastantes papas (patatas para los españoles) fritas.
Terminada la abundante cena, a caminar de nuevo hacia el apartamento a descansar y prepararnos para mañana viajar a Cantabria por carretera, cerca de dos horas de viaje. Al llegar al apartamento, nos percatamos que en la plannta baja existe una heladería, Puerta Real, que ha recibido varios premios, que abre hasta la 1:30 de la madrugada y que tiene unos espectaculares helados...
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